Kikuji Kawada, The Map (地図, Chizu), Japón, 2005
El seis de agosto de 1945, a las ocho y cuarto de la mañana, una bomba detonó a seiscientos metros del suelo sobre la ciudad de Hiroshima, salvada de los bombardeos aliados para esta ocasión. Una bola de fuego a 4000 grados centígrados arrasó en pocos segundos doce kilómetros cuadrados de ciudad. Una gigantesca nube de cenizas radioactivas se alzó sobre la ciudad, y poco tiempo después la lluvia teñida de negro las devolvió a la ciudad.
A 150 metros del epicentro de la explosión el edificio de la Exposición Comercial de la Prefectura de Hiroshima permaneció milagrosamente en pie, convirtiéndose posteriormente en el Memorial de la Paz. En 1959 un joven fotógrafo llamado Kikuji Kawada, admirador de Ken Domon y cofundador de la agencia VIVO, comienza a fotografiar en su interior. Un día, observando una grieta en el húmedo y oscuro techo del sótano del edificio, mirando una mancha oscura que poco a poco se había ido filtrando a través de los muros del edificio, le pareció que era una nube oscura, o manchas de sangre, o manos esqueléticas y pies ardiendo, o cabezas de perros o gatos arrancadas… un remolino de caligrafía que absorbe magia negra. La mancha le obsesiona y le aterroriza en sus sueños. En los años siguientes produce dos trabajos, uno más abstracto llamado Manchas (Shimi) y otro más simbólico llamado Mapas (Chizu).
El 6 de agosto de 1965, veinte años después del bombardeo de Hiroshima, Kikuji Kawada publica su libro El Mapa (Chizu). La maqueta original constaba de dos volúmenes con cada uno de los trabajos anteriores, pero los diseñadores Kohei Sugiura y Toshiro Ishio los unen en una única obra. El diseño original convierte la lectura en un acto físico. Lo primero que se ve es una caja sobre la que hay varios mapas y que nos recibe con el texto: «Estamos a la deriva en una era sin coraje, ambición, acción, sin siquiera hermosos recuerdos. ¡Pregunta! Hoy, ¿dónde está nuestro mapa?». Dentro de la caja un paquete envuelto en papel. Una vez retirado el papel, nos encontramos con otra caja con más mapas impresos sobre su superficie, con el título y el autor, y cuyo interior está impreso con una serie de palabras en inglés y japonés casi a modo de diccionario. Dentro, el libro, cuya sobre cubierta va impresa con más palabras –queloide, ENOLA GAY, cohete, signo, energía, máquina, palomitas, you are my sunshine, 7-up, secreto, ministerio de la guerra, pistola de goma, bebe coca cola, manhattan, átomo–, escritas sobre un papel en llamas. Abriendo la sobrecubierta, en su interior, va impresa la lista de fotografías en inglés y japonés. El libro en sí está compuesto por dobles páginas desplegables, cuyas imágenes se van componiendo según se abran o cierren las páginas. La edición original iba acompañada de un folleto con un texto de Kenzaburo Oe en el que decía: «Vi un mapa cerca de mis ojos heridos. Aunque sólo era un pequeño trozo de tierra manchada con petroleo, me parecía realmente el mapa de un mundo lleno de violencia, en el que habría de vivir a partir de ahora.»
Es un libro imposible de ojear, un libro que te absobe físicamente. Las manchas fotografiadas e impresas en fotograbado son tan densas de tinta que te da la impresión que te estás manchando los dedos. Lo que ves, sobrecoge. Las fotos de las paredes del edificio de la Exposición Comercial de la Prefectura de Hiroshima son ciertamente abstractas, pero perfectamente definidas, y cobran su sentido junto al resto de imágenes, en las que se ve desde cartas de pilotos kamikaze enviadas a su familia antes de su misión hasta botellas de cocacola, desde la bandera japonesa pisoteada a un paquete de Lucky Strikes, huella de los invasores. La mancha física que se infiltra a través de los muros es metáfora, eco y efecto secundario de una violencia que se transmite hacia nosotros en nuestro mundo. Es seguramente imposible para nosotros comprender realmente lo que supuso el bombardeo nuclear de Japón, la derrota en la guerra y la posterior ocupación norteamericana para los japoneses en 1965, pero la potencia expresiva de este libro no se agota. Para muchos es el mejor libro de fotografía, y para Martin Parr y Gerry Badger la obra cumbre del libro de fotografía como objeto.
Lo que vemos aquí no es el original. En 2005 se publicó una reedición que no mantiene todo el diseño. La envoltura seguramente era demasiado compleja para reproducir, y no se consiguieron los derechos del texto original de Kenzaburo Oe. En su lugar, un pequeño folleto contiene un texto de Kawada hablando del libro. En el nos dice:
Primero, un altas de baja tecnología para atisbar un mundo gigante e incomprensible, la búsqueda de ilusiones metafóricas que de nuevo me guía desde el oscuro «Mapa» hacia una «imagen Esperanto» que toca música y me lleva más allá hacia la guarida del mal más imagen de la imagen. La «mancha» que comienza en una violencia de primer grado está sellada profundamente dentro de los muros y su verdadera naturaleza está siempre escondida, pero como viajero elegí este camino y decidí andarlo.
Kikuji Kawada
The Map (地図, Chizu)
editado por Nazraeli Press, Tucson, Arizona, EE. UU., en colaboración con Getsuyosha, Tokio, Japón;
1ª edición, 2005; 500 copias numeradas y firmadas; 49 páginas, 23 dobles páginas desplegables; 231 × 151 mm.;
encuadernado en cartoné forrado en tela con título impreso sobre golpe en seco; caja en cartoné forrado en tela y cubierto con papel impreso; texto de Kikuji Kawada en japonés e inglés en un folleto de 16 páginas;
diseñado por Naomichi Kawahata; impreso por Mitsumura Printing, Japón;
La verdad es que impresiona. Pero también impresiona el precio. Ese también te deja las manos llenas de tinta.
Pues el precio del ejemplar que Kawada regaló a su mujer mejor no te lo digo… El libro, no el precio, se puede ver en http://www.cuatrocuerpos.com/paris-2011-ii/ en la cuarta foto.