En todo somos víctimas de La Equivocación de la Distancia. Está la idea de una ciudad, y la ciudad en sí misma, demasiado grande para ser contemplada mentalmente en su totalidad. Y es en esa brecha (entre lo conceptual y lo real) que comienza la agresión. Ningún lugar funciona de forma diferente a otro, realmente, más allá de los meros detalles. Las leyes humanas universales –necesidad, amor a los seres queridos, miedo, hambre, exaltación periódica, la amabilidad que crece naturalmente en ausencia de hambre / miedo / dolor — son constantes, predecibles, universales, y únicamente son decorados con los detalles de la cultura local. Qué cosa tan potente saber: que los deseos de uno son traducibles a los extraños; que lo que uno encuentra en sí mismo casi seguramente lo encontrará en El Otro.
Justo antes de quedarme frito, me aconsejo a mí mismo con grandilocuencia: que se jodan los conceptos. No tengas miedo de estar confundido. Intenta permanecer permanentemente confundido. Todo es posible. Permanece abierto, para siempre, tan abierto que duela, y entonces ábrete todavía más, hasta el día que mueras, mundo sin fin, amen.
— George Saunders, La Nueva Meca, GQ, Noviembre 2005
1 comentario en “Qué hacer con los conceptos”
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«¡Que se jodan los conceptos!» buen lema, voy a escribirlo en un sitio bien visible, para que no se olvide,… gracias por el texto Cian, un abrazo