La máscara del Nō

Cada vez que encuentro intérpretes de nuestra música tradicional tengo la impresión de que para los japoneses no sea tan importante expresar algo a través de los sonidos como escucharlos e interrogarlos.  Términos como Ma1 o Sawari2, tienen un significado efectivo desde el punto de vista de la técnica expresiva, pero al mismo tiempo representan conceptos metafísicos y estéticos.  La idea, nacida en Japón, de «con un sólo sonido alcanzar la iluminación» confirma el hecho de que los japoneses no se expresan a través del sonido sino que ponen el acento en escuchar su forma original e innata.  Los japoneses siempre han considerado los ruidos naturales no como algo externo, simples materiales para la expresión, sino como algo en lo que se refleja la totalidad del mundo.  Es esta conciencia estética la que ha producido una forma artística elevada como el teatro Nō.  El drama en la forma del Nō de sueño (mugen nō) creado por Zeami3, en el que todo se concentra en un único actor, es muy diferente del teatro construido sobre el contraste con otro (el compañero o el antagonista), como el teatro moderno occidental.  Izutsu, compuesto sobre la base del Ise Monogatari4 tiene superficialmente la forma de una historia de amor eterno entre una bella mujer de sentimientos puros y Narihira5; el shite6 definido como «una mujer que espera a alguien» se configura como un ser que espera eternamente a su compañero.  Por cierto, esto recuerda la afirmación de Paul Claudel según la cual «en el teatro ocurren cosas, en el Nō aparecen las personas».

Al final la mujer se pone la ropa del amado, fundiéndose así con su compañero, y esta estratificación del significado produce un mundo extremadamente sensual y lleno de fascinación.  Es interesante que el actor, un hombre, interpreta una mujer y esta mujer asume el aspecto de un hombre.  No se desea simplemente crear la sensación de belleza de la perversión.  Aquí se manifiesta un espacio teatral particular, diferente del del teatro occidental — no una simple situación dramática, sino una dimensión espacio-temporal irreal.  Pienso que esto tiene una relación profunda con el hecho de que la lengua japonesa funciona omitiendo los pronombres personales, y todo deriva del modo en que los japoneses se sitúan en relación a la naturaleza.  Recientemente, el sublime actor de Nō Hisao Kanze me ha dicho: «en todas las culturas la concepción de la naturaleza y la relación con la naturaleza representan problemas muy importantes.  En el caso de Japón, en particular en cuanto se refiere al concepto de naturaleza como aparece en el Nō, la naturaleza no está en contraposición al hombre.  El término que hoy designa «natural», en la edad media era usado con el sentido de inesperado, repentino, casual, como cuando se dice «ven aunque sea sin avisar».  Por consiguiente, la naturaleza no es algo que existe en contraposición al hombre, sino algo que se encuentra por azar en ciertos momentos, y ésto probablemente ha ejercido un influjo filosófico sobre la concepción del Ma entre un sonido y otro.»

Además, todavía está profundamente viva en mi memoria la impresión que me produjo cuando Kanze me dijo que el concepto de impermanencia que está en la base de la cultura japonesa no es una idea de resignación, sino una filosofía de afirmación positiva de la vida de las personas que se encuentran como al azar frente a la naturaleza (el espacio-tiempo), que se transforma incesantemente y no es nunca igual a sí misma de un instante a otro.  Aunque el aspecto característico de las máscaras de Nō, respecto a las máscaras de teatro de otras culturas, está probablemente ligado a este concepto de naturaleza.  Las máscaras de Nō no son simples objetos para interpretar un cierto personaje; al contrario, encerrando en sí mismas la expresión del rostro para representar directamente las emociones y las situaciones, manifiestan la pura interioridad del actor de Nō.  Como sostiene Hisao Kanze, «se puede decir que se pone la máscara para ir en busca de la verdadera expresión, en busca de la interioridad que se revela limando poco a poco la técnica superficial y trascendiéndola».

Como el árbol transmite al cielo las vibraciones de la tierra y del viento, las máscaras del Nō comunican el presagio de una vida más pura, de un sueño suspendido sobre el abismo de la muerte.

 

— Tōru Takemitsu, El drama de la impermanencia
Traducido de aquella manera a partir de la versión en italiano de Fabio Rambelli  para publicar en la edición que Motta Fotografia hizo en 1994 del libro Japanesque de Ikkō Narahara

Notas:

1 Intervalo de tiempo o de espacio, vacío pero significante, entre un evento y otro

2 Particular efecto sonoro

3 Gran dramaturgo, autor de algunas de las obras maestras más bellas del teatro Nō, que vivió entre 1364 y 1443

4 Anónimo, Cuentos de Ise, Trotta, 2010

5 Ariwa no Narihira (825-880), aristócrata, personaje (y quizás autor) de las relaciones amorosas de los Cuentos de Ise.

6 El actor principal del Nō